Esta vez en el Café de Phares en la Bastilla, Paris, se discutio el tema del sentido de la historia.
En lo que respecta a la lucha en Oaxaca, que lecciones podemos tomar de la historia y que sentido tiene esta?
De la discusion puedo dividir el sentido de la historia en dos grandes extremos:
1 La historia puede servir como ciencia si se observa como el desarrollo global de los eventos sin catalogarlos como buenos o como malos, como errores o como aciertos. Simplemente la historia nos da una vision del ser humano tal y como es. Por ejemplo, las guerras que se repiten una y otra vez nos indican que el hombre es violento por naturaleza. Este sentido de la historia es reduccionista porque nos lleva a pensar que estamos programados a ser asi y que de nada sirve el pensamiento porque pase lo que pase el hombre seguira igual. De esta manera la historia puede servir a estudiar el comportamiento humano y formularlo como una ecuacion matematica. Esta vision es deprimente pero nos confronta a los hechos tal como son.
2 La historia puede servir como memoria para aprender del pasado y modificar nuestro comportamiento. Esta vision es totalmente contraria al reduccionismo y nos lleva a un futuro cada vez mas prometedor con sociedades homogeneas y justas. Sin embargo; ese futuro no llega a consolidarse.
Segun mi punto de vista habria que ser mas objetivo en nuestro analisis de la historia. Aceptar mejor al ser humano que es quiza mas diabolico de lo que quisieramos y tomar las precauciones correspondientes.
En Mexico, ya tuvimos una revolucion en 1910, en esa revolucion la clase media tomo la bandera de los pobres para reemplazar a un gobierto despotico. Los movimeintos populares de Oaxaca, Chiapas, etc. gestan una nueva revolucion que promete otra vez un reajustamiento social. Esta vez habria que asegurarse no repetir el error del pasado. Que la base social no se quede con las manos vacias y que la clase media no se desboque sobre el poder.
A casi 100 anos de la lucha de Zapata y Villa quiza los movimientos sociales pacificos nos indican que no se necesita una guerra para la mezcla social, se requiere que los pueblos maduren y se responzabilicen de su propio gobierno local (como en Oaxaca y Chiapas) y que la clase poderosa se relaje y pierda el miedo a la diversidad. La clase media por nuestro lado tenemos que movernos con la nueva dinamica y ayudar a que este nuevo orden social se realice con eficacia: ayudar a los pueblos a ser independientes, organizados y ayudar al gobierno a transferir el poder con seguridad.
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